24/2/09

Redes sociales: la diáspora humana hacia el ciberespacio

La polémica mediática que se ha desencadenado en las últimas semanas acerca del uso por parte de los menores de las redes sociales conlleva a hacer una reflexión “obligada” sobre las ventajas e inconvenientes que presenta este tipo de comunicación en auge. Cabría hacer una distinción entre aquellos usuarios mayores de 18 años o racionales y menores o pueriles. Si bien he de decir, previamente, que soy de las que cree que, al menos para los adultos, este tipo de comunicación presenta más beneficios que desventajas, pues el hecho de poder comunicarte con gente con la que años atrás se hubiera perdido el contacto propicia, favorablemente, a aumentar en número e intensidad los lazos relacionales.

Ayer se publicaba en El Mundo que hay 300 millones de personas en todo el planeta con perfiles creados en los distintos espacios (Facebook, Tuenti, Myspace; Hi5,…). A su vez, ABC informaba de que se consumen más de 3.000 millones de minutos al día en todo el mundo y 600.000 cibernéticos ingresan diariamente en estos sites. Por ende, podemos hacernos una idea de hacia dónde nos estamos dirigiendo: el ser humano emigra de la vida real hacia un submundo imaginario, y este hecho connota cierta carga negativa, pues nos encaminamos hacia una sociedad donde sólo nos comuniquemos a través de estas vías.

Y es que, el éxito de las redes sociales se apoya sobre el pilar que ya cimentaron sus antecesores –correos, chats y Messenger-, donde comunicarse a través de la pantalla resulta más sencillo, más desinhibido, que con el cara a cara. De ahí, exclusivamente ligado al plano personal-relacional, y limitando la permisividad hacia otros individuos ajenos y desconocidos, todo son beneficios, o al menos, esa es mi visión.

No hablemos ya de cara a determinadas profesiones, como es el caso del periodismo, donde se pueden generar nuevos temas a través de personajes conocidos o anónimos (si se permiten). Pero ¿y de aquél empresario o comercial que necesita mantener o incrementar su cartera de clientes? ¿y del cantante que quiere lanzar una maqueta? ¿y del artista que quiere promocionar su obra?, etc., etc. Los riesgos, los plagios y, a rasgos generales, el hecho de que determinadas empresas tengan acceso a los datos personales para minar los correos o los espacios de spam y mensajes no deseados, pero ¿acaso no ocurre algo similar en el buzón físico de nuestra casa?.

En cuanto a los menores, yo me considero “Generación internet”, pues he crecido con el teclado y el ratón pegado a las manos y con una pantalla que me transportaba a lugares impensables (no vayan a pensar mal). Las redes sociales no suponen mayor peligro que el que había hace diez años en internet con los chats, juegos online que permiten el diálogo en directo, Messenger, …, pues el hecho de quedar con un determinado individuo que persigue finalidades impúdicas siempre queda en manos del adolescente que está al otro lado. Frente a los niños/adolescentes y la red, no se puede pedir más que buena información sobre qué son las redes sociales, la confianza y educación engendrada de padres a hijos para saber con quién hablar y se relacionan y la aplicación de sistemas técnicos, como el DNI electrónico, que impidan su acceso a determinados contenidos para los más indefensos; no sólo porque puedan topar con dementes, sino porque su atención se desvía hacia otras formas de ocio que pueden generar esa enajenación desde bien pequeños y malograr su educación.

1 comentario:

JMN dijo...

Estupendo artículo Tatiana. Bien elaborado, con datos y opiniones en su justa medida y al servicio del mensaje que quieres transmitir, que queda muy claro. El tono que usas es muy adecuado para el medio aunque no te hubiera costado nada (entre otras cosas) enlazar directamente con los artículos de El Mundo y ABC que citas. Eso resulta fundamental en internet. Lo dicho. Buen artículo, bien escrito y lleno de cosas que "se te quedan"